domingo, 7 de julio de 2013

Francisco: "Duele ver a una monja o un cura con el último modelo de coche"

"Evangelizar primero con el ejemplo y luego con las palabras"

Francisco: "Duele ver a una monja o un cura con el último modelo de coche"

"Los curas y las monjas tenemos que ser coherentes con la pobreza
El papa Francisco se dirigió este sábado a 6.000 seminaristas y novicias reunidos en el Vaticano y en un discurso totalmente improvisado pidió que la Iglesia no siga la riqueza y los religiosos sean coherentes con su voto de pobreza.

"En este mundo en que las riquezas hacen tanto daño", dijo el pontífice, "los curas y las monjas tenemos que ser coherentes con la pobreza. Cuando vemos que el primer interés de una institución parroquial o educativa es el dinero, esto es una gran incoherencia", afirmó.

El papa, que habló durante casi una hora a los seminaristas y novicios reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano con motivo de una iniciativa enmarcada en el Año de la Fe, aseguró que a los jóvenes les "asquea" ver a un cura o una monja que no es coherente.

Cuando afrontó el tema de la coherencia y la autenticidad como características tienen que tener los religiosos, el papa aseguró: "Justamente a vosotros, jóvenes, os asquea cuando un cura o una monja no son coherentes".

Evangelizar 'con el ejemplo'

El pontífice, como ya había recordado en otras ocasiones, aseguró que los religiosos, "como decía San Francisco, tienen que evangelizar primero con el ejemplo y luego con las palabras".

En su sermón, interrumpido en varias ocasiones por los aplausos y las risas, Francisco, reiteró en varias ocasiones la necesidad de la pobreza en la Iglesia y aseguró que le "duele cuando ve a una monja o un cura con el último modelo de coche".

"Yo sé que el coche es necesario porque hay que hacer mucho trabajo e ir de aquí a allá, pero es mejor un coche humilde si os viene la tentación de un buen coche, pensad a los niños que se mueren de hambre", agregó.

La intervención del papa se produce justo una semana después de que monseñor Nunzio Scarano -conocido como 'monseñor 500 euros'- fuera detenido por orden de la Fiscalía de Roma bajo la acusación de fraude y de corrupción. Su arresto provocó la dimisión del director y subdirector del Banco Vaticano.
Ser felices

El papa Francisco también abogó para que los futuros curas y monjas sean personas felices, y arrancó las risas de los presentes al explicar que "un religioso no puede tener cara de guindilla en vinagreta".

Sobre el voto de castidad, el papa aseguró que "no termina en el momento del voto" y que los curas y monjas pueden ser "madres y padres pastorales, de una comunidad".

El papa también criticó la que llamó "actual cultura de lo provisional" y que hace decir: "Yo me caso hasta que dura el amor" o "seré monja sólo por unos años".

"Esta cultura de lo provisional nos afecta a todos. En mis tiempos era más fácil porque la cultura favorita era la de lo definitivo", explicó.

El papa bromeó sobre la duración de esta audiencia al preguntar cuánto tiempo tenían a disposición y Monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo por la promoción de la nueva evangelización, contestó "que podían estar hasta mañana".

"Pues si podemos estar hasta mañana traerles un bocadillo y una Coca-Cola a todos", continuó la broma, arrancando un aplauso y las risas de los seminaristas.

El papa también instó a los próximos curas y monjas a no hablar mal de los demás, de dejar al lado "los cotilleos" porque son "sólo fruto de los celos y las envidias".

También les aconsejó que no "practiquen el deporte" de los curas más ancianos, el del lamentarse, y les dijo: "No sigáis a la diosa de la Queja. Sed positivos, continuad la vida espiritual y ir a encontrar a las personas, sobre todo aquellos más desafortunados".

El papa termino pidiéndoles que recen por él porque también es "un pobre pecador".

Extracto pulicado por ZenitLa cultura de lo provisorio

"Mons. Fisichella me dijo, no se si será verdadero, que todos ustedes tienen el deseo de consagrar su vida para siempre a Cristo" dijo el papa que suscitó fuertes aplausos. "Ustedes ahora aplauden porque es tiempo de bodas, pero cuando termine la luna de miel ¿qué sucederña?". Recordó que un seminarista decía "quiero servir a Cristo por diez años" y después iniciar otra vida.

"También nosotros estamos bajo la presión de la cultura del provisorio", recordó, me caso mientras dure el amor, soy monja o religioso pero no se que pasará. "Esto no va con Jesús" reiteró. Reconoció que "una elección definitiva hoy es más difícil que en mis tiempos! Porque "somos víctimas de una cultura de lo provisorio", e invitó a reflexionaran sobre como "no aceptar esta cultura".

Y sobre el tema recordó una poesía en español: "Esta tarde Señora la promesa es sincera, pero por las dudas no te olvides las llaves afuera". Y alertó que "si uno deja siempre la llave afuera no va, tenemos que aprender a cerrar la puerta desde adentro". Y recomendó que si no estoy seguro me tomo un tiempo y comunicando con Jesús, "cuando me siento seguro cierro la puerta".

La alegría

Comentando la alegría que se encontraba en la sala se preguntó: ¿La alegría de un seminarista nace de haber ido a bailar el fin de semana con los amigos? O se centra en el tener, por ejemplo en tener el último modelo de smart phone, o el escooter más rápido. El auto que se hace notar, "les digo verdaderamente, a mi me hace mal cuando veo a un cura o una monja con un auto último modelo. ¡No se puede!. El auto es necesario, pero uno más humilde "y si te gusta un auto lindo "piensa solamente a cuantos niños en el mundo mueren de hambre".

Precisó que la verdadera alegría no viene del tener, pero del encuentro de las relaciones con los otros, del sentirse amados y comprendidos. Porque la alegría nace de la gratuidad de un encuentro. La alegría "del encuentro con Jesús" y de "sentirse amados por Dios".

"Cuando uno se encuentra --prosiguió el santo padre-- con un seminarista o una novicia demasiado triste uno piensa algo aquí no funciona, porque falta la alegría del Señor, que lleva el servicio, del encuentro de Jesús que te lleva a encontrarse con los otros" y mencionó el dicho de santa Teresa "Un santo triste es un triste santo". E invitó a no ser de esos "con cara de pepinos en vinagre".

Fecundidad pastoral y celibato

El papa indicó: "Un cura o monja sin alegría es triste" e indicó un problema de insatisfacción. Profundizó que es un problema de celibato, porque los religiosos tienen que castos y al mismo tiempo fecundos, porque tienen que ser padres o madres de la propia comunidad.

Coherencia y autenticidad

El santo padre subrayó además la importancia de la coherencia y autenticidad, recordó como Jesús apaleaba a los hipócritas y la doble faz. "Si queremos jóvenes coherentes seamos nosotros coherentes" dijo.Hacer como san Francisco, recordó el santo padre, porque él invitaba a enseñar el evangelio, también con la palabra. O sea principalmente con la autenticidad de vida.

Pobreza

"En este mundo en que la riqueza hace tanto mal es necesario que nosotros seamos coherentes con nuestra pobreza". Cuando se ve que una institución o una parroquia piensa primero al dinero, no hace bien, es una incoherencia. Porque "es en nuestra vida que los otros tienen que leer el evangelio".

Transparencia con el confesor

Y el papa preguntó ¿hay aquí en el aula alguien que no haya nunca pecado? E invitó a tener transparencia con el confesor "y no tengan miedo de decir, padre he pecado". Porque "Jesús sabe la verdad y te perdona siempre pero quiere que le digas lo que Él ya sabe". Qué triste, constató, "cuando un sacerdote o monja peregrina en los confesionarios para esconder su verdad".

Preparación en diversas dimensiones de la vida

El pontífice invitó a prepararse culturalmente "para dar razón sobre la fe y la esperanza". El contexto en el que vivimos "nos pide dar las razones, no dar nada por descontado", dijo.

Vida comunitaria

Una preparación que una las diversas dimensiones de la vida, en particular la "vida espiritual, intelectual, apostólica, la vida comunitaria". Y precisó: "Es mejor el peor seminario que ningún seminario, porque es necesario la vida comunitaria".

No hablar mal de los otros

Recordó también las relaciones de amistad y fraternidad y del daño de los 'chismes' en una comunidad. Y esto en nuestro mundo clerical y religioso es común. También yo caí en eso, tantas veces y me avergüenzo de esto, no está bien, el ¿has oído? Es un infierno eso en una comunidad. Si tengo un problema con alguien se lo digo de frente y no por detrás.

Una vez una monja me dijo que había hecho la promesa al Señor de nunca hablar mal de los otros. Y si hay que decirlo hacerlo al superior. Nunca a quien no puede ayudar. Fraternidad.

Advirtió además del peligro de dos extremos: "sea el aislamiento que la disipación " y que la verdadera amistad evita esto.

Dos dimensiones: trascendencia y el prójimo

"Salgan ustedes para predicar el evangelio y para encontrar a Jesús" dijo. Una salida es la trascendencia y la otra es hacia los demás para anunciar a Jesús. Una sola no va.

Y recordó a madre Teresa de Calcunta que "no tenía miedo de nada", porque esa monja se arrodillaba dos horas delante del Señor".

Una Iglesia más misionera

Querría una iglesia más misionera y menos tranquila. Y recordó su emoción al saludar a religosos que están en lugares de evangelización. Den la contribución a una Iglesia fiel al camino de Jesús. No aprendan de nosotros, ese deporte que los viejos practicamos muchas veces, el del lamento, el culto de la diosa lamentación.

Y dio algunos consejos finales: Sean capaces de encontrar a las personas más desaventajadas; no tengan miedo de ir contra corriente; recen el rosario; tengan a la Virgen con ustedes en vuestra casa como el apóstol san Juan y recen también por mi, que soy un pobre pecador pero vamos adelante. Y concluyó invitando a no ser "ni solterones ni solteronas" sino a tener fecundidad apostólica.



Sin miedo a la novedad

El Papa Francisco está llamando a la Iglesia a salir de sí misma olvidando miedos e intereses propios, para ponerse en contacto con la vida real de las gentes y hacer presente el Evangelio allí donde los hombres y mujeres de hoy sufren y gozan, luchan y trabajan.

Con su lenguaje inconfundible y sus palabras vivas y concretas, nos está abriendo los ojos para advertirnos del riesgo de una Iglesia que se asfixia en una actitud autodefensiva: “cuando la Iglesia se encierra, se enferma”; “prefiero mil veces una Iglesia accidentada a una que esté enferma por encerrarse en sí misma”.

La consigna de Francisco es clara: “La Iglesia ha de salir de sí misma a la periferia, a dar testimonio del Evangelio y a encontrarse con los demás”. No está pensando en planteamientos teóricos, sino en pasos muy concretos: “Salgamos de nosotros mismos para encontrarnos con la pobreza”.

El Papa sabe lo que está diciendo. Quiere arrastrar a la Iglesia actual hacia una renovación evangélica profunda. No es fácil. “La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros, si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos y planificamos nuestra vida según nuestros esquemas, seguridades y gustos”.

Pero Francisco no tiene miedo a la “novedad de Dios”. En la fiesta de Pentecostés ha formulado a toda la Iglesia una pregunta decisiva a la que tendremos que ir respondiendo en los próximos años: “¿Estamos decididos a recorrer caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheraremos en estructuras caducas que han erdido la capacidad de respuesta?

No quiero ocultar mi alegría al ver que el Papa Francisco nos llama a reavivar en la Iglesia el aliento evangelizador que Jesús quiso que animara siempre a sus seguidores. El evangelista Lucas nos recuerda sus consignas. “Poneos en camino”. No hay que esperar a nada. No hemos de retener a Jesús dentro nuestras parroquias. Hay que darlo a conocer en la vida.

“No llevéis bolsas, alforjas ni sandalias de repuesto”. Hay que salir a la vida de manera sencilla y humilde. Sin privilegios ni estructuras de poder. El Evangelio no se impone por la fuerza. Se contagia desde la fe en Jesús y la confianza en el Padre.

Cuando entréis en una casa, decid :”Paz a esta casa”. Esto es lo primero. Dejad a un lado las condenas, curad a los enfermos, aliviad los sufrimientos que hay en el mundo. Decid a todos que Dios está cerca y nos quiere ver trabajando por una vida más humana. Esta es la gran noticia del reino de Dios.

José Antonio Pagola

7 de julio de 2013
14 Tiempo ordinario (C)
Lucas 10, 1-12. 17-20

domingo, 23 de junio de 2013

¿Quién es para nosotros?

La escena es conocida. Sucedió en las cercanías de Cesarea de Filipo. Los discípulos llevan ya un tiempo acompañando a Jesús. ¿Por qué le siguen? Jesús quiere saber qué idea se hacen de él: “Vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. Esta es también la pregunta que nos hemos de hacer los cristianos de hoy. ¿Quién es Jesús para nosotros? ¿Qué idea nos hacemos de él? ¿Le seguimos?

¿Quién es para nosotros ese Profeta de Galilea, que no ha dejado tras de sí escritos sino testigos? No basta que lo llamemos “Mesías de Dios”. Hemos de seguir dando pasos por el camino abierto por él, encender también hoy el fuego que quería prender en el mundo. ¿Cómo podemos hablar tanto de él sin sentir su sed de justicia, su deseo de solidaridad, su voluntad de paz?

¿Hemos aprendido de Jesús a llamar a Dios “Padre”, confiando en su amor incondicional y su misericordia infinita? No basta recitar el “Padrenuestro”. Hemos de sepultar para siempre fantasmas y miedos sagrados que se despiertan a veces en nosotros alejándonos de él. Y hemos de liberarnos de tantos ídolos y dioses falsos que nos hacen vivir como esclavos.

¿Adoramos en Jesús el Misterio del Dios vivo, encarnado en medio de nosotros? No basta confesar su condición divina con fórmulas abstractas, alejadas de la vida e incapaces de tocar el corazón de los hombres y mujeres de hoy. Hemos de descubrir en sus gestos y palabras al Dios Amigo de la vida y del ser humano. ¿No es la mejor noticia que podemos comunicar hoy a quienes buscan caminos para encontrarse con él?

¿Creemos en el amor predicado por Jesús? No basta repetir una y otra vez su mandato. Hemos de mantener siempre viva su inquietud por caminar hacia un mundo más fraterno, promoviendo un amor solidario y creativo hacia los más necesitados. ¿Qué sucedería si un día la energía del amor moviera el corazón de las religiones y las iniciativas de los pueblos?

¿Hemos escuchado el mandato de Jesús de salir al mundo a curar? No basta predicar sus milagros. También hoy hemos de curar la vida como lo hacía él, aliviando el sufrimiento, devolviendo la dignidad a los perdidos, sanando heridas, acogiendo a los pecadores, tocando a los excluidos. ¿Dónde están sus gestos y palabras de aliento a los derrotados?

Si Jesús tenía palabras de fuego para condenar la injusticia de los poderosos de su tiempo y la mentira de la religión del Templo, ¿por qué no nos sublevamos sus seguidores ante la destrucción diaria de tantos miles de seres humanos abatidos por el hambre, la desnutrición y nuestro olvido?

José Antonio Pagola

23 de junio de 2013
12 Tiempo ordinario (C)
Lucas 9, 18-24


jueves, 20 de junio de 2013

Los capuchinos USA reconocen que encubrieron los abusos de sus frailes

Taparon la pederastia durante ocho décadas
El informe de los superiores relata los casos de más de 170 frailes abusadores
La congregación de los capuchinos en EE.UU. difundió un informe en el que reconoce que evitaron que se hicieran públicos delitos cometidos dentro de la orden durante ocho décadas. Por otra parte, la Corte Penal Internacional rechazó una denuncia contra Benedicto XVI.

Los jefes de los frailes capuchinos en Estados Unidos encubrieron actos de pederastia de otros religiosos durante ocho décadas, reportó un informe publicado por esa orden.

El reporte, de la provincia de San José de los Capuchinos, con sede en Detroit, cuestiona cómo las comunidades religiosas la Iglesia católica estadounidense han dado protección a los abusadores.

Según el informe, el primero de este tipo, la causa de esta actitud de los capuchinos ante los abusos de unos veinte frailes fue, por un lado, una «cultura del clericalismo» que privilegia las necesidades de los religiosos en lugar de las de las víctimas

Asimismo, el informe, que se ocupa de unos 170 frailes de diferentes lugares de Estados Unidos, así como de Nicaragua y de Panamá, cuestionó el rol de los abogados de los frailes, pues presentaron como víctimas a los acusadores para evitar que la Iglesia afronte acciones legales muy costosas.

La Corte Penal Internacional (CPI) rechazó estudiar la acción legal presentada por la Red de Supervivientes de Abuso por Sacerdotes (Snap, por sus siglas en inglés), contra cuatro altos prelados por "haber facilitado y escondido abusos sexuales en todo el mundo". Los objetivos de la causa eran el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, su predecesor Angelo Sodano, el ex director de la Congregación para la Doctrina de la Fe, William Levada, y el Papa Emérito, Benedicto XVI.(RD/Agencias)

domingo, 16 de junio de 2013

Defensor de las prostitutas

Jesús se encuentra en casa de Simón, un fariseo que lo ha invitado a comer. Inesperadamente, una mujer interrumpe el banquete. Los invitados la reconocen enseguida. Es una prostituta de la aldea. Su presencia crea malestar y expectación. ¿Cómo reaccionará Jesús? ¿La expulsará para que no contamine a los invitados?. La mujer no dice nada. Está acostumbrada a ser despreciada, sobre todo, en los ambientes fariseos. Directamente se dirige hacia Jesús, se echa a sus pies y rompe a llorar. No sabe cómo agradecerle su acogida: cubre sus pies de besos, los unge con un perfume que trae consigo y se los seca con su cabellera.

La reacción del fariseo no se hace esperar. No puede disimular su desprecio: “Si este fuera profeta, sabría quién es esta mujer y lo que es: una pecadora”. El no es tan ingenuo como Jesús. Sabe muy bien que esta mujer es una prostituta, indigna de tocar a Jesús. Habría que apartarla de él.

Pero Jesús no la expulsa ni la rechaza. Al contrario, la acoge con respeto y ternura. Descubre en sus gestos un amor limpio y una fe agradecida. Delante de todos, habla con ella para defender su dignidad y revelarle cómo la ama Dios: “Tus pecados están perdonados”. Luego, mientras los invitados se escandalizan, la reafirma en su fe y le desea una vida nueva: “Tu fe te ha salvado. Vete en paz”. Dios estará siempre con ella.

Hace unos meses, me llamaron a tomar parte en un Encuentro Pastoral muy particular. Estaba entre nosotros un grupo de prostitutas. Pude hablar despacio con ellas. Nunca las podré olvidar. A lo largo de tres días pudimos escuchar su impotencia, sus miedos, su soledad... Por vez primera comprendí por qué Jesús las quería tanto. Entendí también sus palabras a los dirigentes religiosos: “Os aseguro que los publicanos y las prostitutas entrarán antes que vosotros en el reino de los cielos”.

Estas mujeres engañadas y esclavizadas, sometidas a toda clase de abusos, aterrorizadas para mantenerlas aisladas, muchas sin apenas protección ni seguridad alguna, son las víctimas invisibles de un mundo cruel e inhumano, silenciado en buena parte por la sociedad y olvidado prácticamente por la Iglesia.

Los seguidores de Jesús no podemos vivir de espaldas al sufrimiento de estas mujeres. Nuestras Iglesias diocesanas no pueden abandonarlas a su triste destino. Hemos de levantar la voz para despertar la conciencia de la sociedad. Hemos de apoyar mucho más a quienes luchan por sus derechos y su dignidad. Jesús que las amó tanto sería también hoy el primero en defenderlas.

José Antonio Pagola

16 de junio de 2013
11 Tiempo ordinario (C)

Lucas 7,36-8,3

jueves, 13 de junio de 2013

Iniciación en nuestra vida - El postnoviciado


El postnoviciado es un período en el que los hermanos, progresando en una ulterior maduración, se preparan para la elección definitiva de nuestra vida evangélica que tendrá lugar con la profesión perpetua.
 
Dedíquense los hermanos, según la propia índole y gracia, a un estudio más profundo de la Sagrada Escritura, de la teología espiritual, de la liturgia, de la historia y espiritualidad de la Orden, y ejercítense en diversas formas de apostolado y de trabajo incluido el doméstico. Esta formación llévese a cabo teniendo en cuenta siempre la vida y la continua maduración de la persona.