Discernimiento espiritual.
(San Ignacio de Loyola.)
1. Consolación.
Es un tiempo de alegría, euforia o llanto. Un alma inflamada por su creador.
Motivos: amor, sentirse amado por su Creador sea por sus pecados o por la pasión del Señor quietándola y pacificándola en su Creador.
No tomar decisiones en este tiempo de consolación.
2. Desolación.
Todo lo contrario a la consolación. Oscuridad, turbación, amargura, tensionado, inquietud, agitación, tentaciones, sin esperanza, sin amor, hallándose toda persona tibia, triste, como separado de su Creador y Señor.
En este tiempo de desolación no hay que hacer mudanzas.
3. Si hay paz y tranquilidad a pesar de las dificultades.
En este tiempo puedo hacer discernimiento espiritual, y no porque un día me encuentre así; además debe haber continuidad de lo que quiero discernir. << Llamado a trabajar con ancianos>> debe haber continuidad de meses e incluso de años.
Si se da esto, hay discernimiento espiritual.
Tres causas de por qué nos hallamos desolados.
v Por ser tibios, perezosos o negligentes en nuestros ejerci-cios espirituales.
v Por probarnos cuánto somos y cuánto nos alargamos en su servicio y alabanza.
v Para darnos buena noticia y conocimiento, para que in-ternamente sintamos que no es de nosotros traer o tener amor intenso, lágrimas, más que todo es Don y Gracia de Dios.
Sugerencias.
v Estar firme y constante en los propósitos y determinaciones que estaba al día anterior a la desolación.
v Porque así como en la consolación nos guía y aconseja más el buen Espíritu, así en la desolación el malo lo hace con consejos que no podemos tomar camino para acertar.
v Requiere incrementar la oración, la reflexión y la meditación.
v Tomarlo como una prueba del Señor que nos ha dejado para que resistamos a las agitaciones y tentaciones de hoy y a las que vendrán. Y el Espíritu de Dios siempre nos acompañará aunque no lo sintamos.
El que está en consolación piense cómo se verá en la desolación, porque, después vendrá tomando nuevas fuerzas para entonces estar siempre con su Creador y Señor.
Capuchino.
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