jueves, 3 de marzo de 2011

EL PERFIL DEL CARISMA CAPUCHINO


EL PERFIL DEL CARISMA CAPUCHINO[1]
(Constituciones nº 4)
Muchas veces nos preguntan los jóvenes y otras personas: ¿Quiénes son ustedes? ¿A qué se dedican? ¿Qué hacen?, que en otras palabras equivaldría a la pregunta ¿Cuál es su carisma, cuál es su identidad? Y nosotros los capuchinos debemos tener esa claridad para saber responderles, y de no hacerlo es porque aún no hemos descubierto la riqueza de la Orden, y ni estamos viviendo aquello que nos identifica. Por esa razón cojamos las Constituciones y miremos lo que los capuchinos tenemos que hacer y ser.
Los rasgos específicos de la vocación Capuchina los encon-tramos en los 12 capítulos que conforman nuestras  Consti-tuciones,  pero sobre todo en el numeral cuarto, que se refiere a la Inspiración Capuchina. En él encontramos lo que nos identifica como Capuchinos, y nos hace diferentes a las demás comunidades religiosas.  
Describimos nuestro perfil basándonos en las constituciones  por tres razones bien fundamentadas:
·         Porque las Constituciones recogen el don y la gracia de la vocación Capuchina, dada por Dios, como un estilo de vida, teológica y espiritualmente fundada, animada por el Espíritu, puestos los ojos en Jesús pobre y humilde.

·         Porque las Constituciones llevan la historia de la  huella de la Iglesia, la sociedad y la marca  de la santidad de los hermanos, sobre todo de nuestros Santos Capuchinos. Dicen el modo de ver y practicar la fe y la vida Capuchina, sabiendo que la vida entera con su tradición e historia es más que lo expresado.

·         Porque las Constituciones se entienden como unidad, integrada por todos sus capítulos, en la que se ofrece la visión del carisma, la vocación e identidad Capuchina. Se describe con claridad lo específico del Capuchino en fidelidad a los orígenes, historia y tradición.
El numeral cuarto de nuestras constituciones recoge en forma global los rasgos vocacionales  de nuestro carisma: Renovación continua; oración contemplativa; pobreza radical; espíritu de minoridad; vida austera y de penitencia; vida fraterna; cercanía al pueblo; vida apostólica de misión y servicio e itinerancia.  
Renovación continua: Rasgo vocacional asumido desde nuestros orígenes, ya que hemos nacido de una reforma en 1528, por un sentimiento de fidelidad al proyecto original de Francisco de Asís. Esto demanda de por sí una fuerte exigencia de radicalidad y una constante dinámica de renovación.
Oración contemplativa: Porque es una respuesta a Dios que habla, y esta oración es cotidiana, y ha nacido sin duda por una inspiración del Espíritu Santo, y es Cristo que habla al Padre en nosotros. La espiritualidad franciscana tiene su propio estilo de oración  la cual es: la contemplativa y afectiva. Se ora como hermanos, porque somos verdaderos hermanos cuando nos reunimos en el nombre de Cristo a orar; y somos, en efecto, verdaderos menores cuando vivimos en la pobreza y en la obediencia caritativa en unión con Cristo.
Pobreza Radical: Tanto personal como comunitaria, y de vivir entre los enfermos y pobres compartiendo su vida; ya que el ser pobre no es un concepto de definir sino una vida. Y Jesucristo es la raíz, la plenitud de la pobreza Capuchina.
Espíritu de minoridad: Es elemento fundamental de nuestra vocación, y por ello debemos convivir como hermanos menores imitando a Cristo manso y humilde. Por otro lado la minoridad fue carisma de nuestro fundador. Y son manifestaciones de nuestra minoridad: la pobreza, la humildad, el servicio y la disponibilidad.
Vida austera y de penitencia: Desde los inicios de la Orden los reformadores entendieron que sólo una actitud vigilante podía mantener vigente la tensión entre los ideales primeros y el paso del tiempo con las transformaciones que ello implica. Además, los hermanos al practicar la austeridad y la penitencia deben hacerlo con mucha alegría, al igual que nuestros santos Capuchinos, austeros consigo mismos, pero llenos de amor, condescendencia y bondad con los otros.
Vida fraterna: Igual para el Capuchino como para todo franciscano. Este elemento es primordial para nuestra vocación, y abarca en nuestro caso todos los capítulos de nuestras constituciones. Cap. I: nuestra vida vivida en fraternidad; Cap. II: Lo fraterno requisito básico para los candidatos a nuestra Orden; Cap. XII: la fraternidad aparece definida como una forma de vida evangélica: San Francisco, inspirado por Dios, suscitó, según el ejemplo de la vida de Cristo y de sus discípulos, una forma de vida evangélica que denominó fraternidad. Cuando hablamos de este rasgo capuchino estamos hablando de: aceptación mutua, igualdad entre hermanos, unidad, amor, diálogo y relaciones con la creación.
Cercanía al pueblo: Igualmente este es un distintivo propio del Capuchino y le revela su identidad, y nace justamente de las opciones fundamentales de la Reforma Capuchina: obediencia a Dios porque es pobre; a ejemplo de Cristo que es enviado a los pobres; San Francisco sigue ese camino; la minoridad exige que los menores vivan entre los pobres; es una exigencia de la vida apostólica; orar con el pueblo pobre y a su estilo. En otra palabra, no estar con el pueblo, sino ser del pueblo.
Vida apostólica de misión y servicio: El Capuchino tiene una vocación misionera porque encuentra su inspiración en el Evangelio, y al ser parte de la Iglesia continúa con esa labor que hace la Iglesia que es la misión. El mismo Francisco vivió esa dimensión misionera y trata de infundirla a sus hermanos. Especialmente el Capuchino está dispuesto a la misión allá a donde los demás no quieren ir.
Itinerancia: Rasgo vocacional de imitación al mismo Jesús y a sus apóstoles. En Francisco expresamos esta fisonomía con la opción de abandonar los puestos de poder afirmados y garantizados para elegir aquellos más accesibles a la gente común y a los más pobres. La itinerancia nos desapropia y nos desinstala, y hace del hermano un hombre de obediencia, dispuesto a ir donde se nece-site anunciar a Jesús e implan-tar la Orden.

Conclusión: Esta es nuestra identidad, una riqueza para la Iglesia, pero que cada hermano está llamado a vivirla para que sea creíble.

Hno. Oscar Ramos (Postnovicio)


[1] Perfil recogido de las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos; Guías de las Constituciones de los hermanos Menores Capuchinos y artículo sobre las Constituciones del Padre Santiago Ramírez.

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